lunes, 11 de enero de 2021

Nuestros inesperados hermanos. Amin Maalouf I

 Amin Maalouf es uno de mis escritores preferidos, he seguido la trayectoria de sus obras desde León el Africano, Las Cruzadas vistas por los árabes, Samarcanda...y más cerca tengo el recuerdo de Identidades asesinas y Orígenes. 

En el confinamiento estricto de la primavera 2020 pude ver en el televisor una ópera retransmitida desde el MET llamada Lámour du loin, una obra de la compositora finlandesa Kaija Saariano y libreto de Amin Maalouf. Por lo general, no siempre, mi oído opone resistencia a las óperas contemporáneas pero en este caso tanto la música como la colorida puesta en escena que daba la sensación de la reverberación de la luz en un mar inmenso y tranquilo me fijaban hipnóticamente a una historia antigua de viajes por el Mediterráneo.    

La obra de Amin Maalouf tiene una visión de amplio horizonte tanto a nivel espacial como temporal. Como ese Jaufré Rudel, el trovador de la ópera que sueña con la ideal Clemence en un amor de lejos o más bien como el peregrino que viaja entre Trípoli y Aquitania por el mar llevando y trayendo cantos y trovas, Amin Maalouf nos sumerge  en las historias, las diásporas, guerras, exilios, ocupaciones, cruzadas, caravanas, filosofías, movimientos o religiones y él que procede de la devastada Líbano, lo hace abriendo esperanzas.

Hace unas semanas leí en El País Semanal la entrevista en la que hablaba de su última novela traducida al español por Matilde García Urrutia. Su lectura te fija y detiene en su propio mundo; imposible no pensar en la pandemia que padecemos como en un plano superpuesto al de los personajes y habitantes del universo de la obra pues como es nuestro caso comparten una amenaza, una anomalía generalizada; no se trata sin embargo de una peste o enfermedad, es otra cosa.

Debemos enfrentarnos a un adversario inesperado que nos ha cortado las comunicaciones, nos ha estropeado los aparatos y, ya de paso, ha paralizado a nuestras fuerzas armadas.  [p.55]. Así dice el presidente de  EEUU en un discurso que la humanidad puede escuchar tras ser restablecidas temporalmente las comunicaciones.

En cuanto al funcionamiento de las instituciones de poder internacionales no deja títere con cabeza y pone en boca de los "adversarios inesperados" estas ideas: La mayoría de mis amigos no opina como yo. Tienen prejuicios tenaces contra ustedes y contra todas las naciones de la tierra. Cuando rememoran su recorrido, solo ven rapacería, voracidad e impulsos asesinos, los creen incapaces de usar su poder para nada que no sea dominar y someter; no conceden crédito alguna a los principios que proclaman ni a los compromisos que aceptan. [p.129]

La novela está escrita como un diario que inicia el protagonista Alec Zander un 9 de noviembre, cuando irrumpe el corte de todas las comunicaciones -radio, televisión, internet, electricidad... - Esta ubicación temporal precisa de los acontecimientos le presta una tensión especial a la lectura porque nos sitúa a la espera de nuevas noticias e informaciones. El centro local de la novela es una diminuta isla llamada Antioquia habitada por la escritora Eve, el batelero Agamenón y el dibujante Alec al que las inesperadas circunstancias convierten  en narrador. Sus únicos tres habitantes son la clave de bóveda de la obra A su vez va agrupando los días en cuatro libretas a las que añade un título: NIEBLAS, CLARIDADES, AMARRES Y ECLIPSES, con lo que estructura su novela. 

La oscuridad inicial sobre lo que sucede, que también es física porque se ha cortado la luz, se va despejando gracias a Moro, un viejo amigo de Alec que es asesor personal del presidente de EEUU y puede proporcionar información de primera mano cuando ocasionalmente se restablecen las comunicaciones  El miércoles  17 de noviembre se produce algo muy significativo y sorprendente: Demóstenes (el emisario de esa supuesta potencia salvadora, la mitad de la humanidad de luz) se presenta ante el presidente de EEUU Howard Milton como un sanador  ...cuando llegue el momento de despedirnos, señor presidente, le haré un regalo simbólico para agradecerle su hospitalidad: lo curaré...Sé, como todo el mundo, que su enfermedad está en una fase terminal y que sus médicos ya no pueden hacer nada, los nuestros lo curarán en una mañana. [p.131 - 132].

El título aparece a mediados de la novela tras una conversación en la que Agamenón que pertenece a esa mitad humanidad de luz o estirpe de Empedocles desvela a Alec algunos de sus avanzados métodos. ¡Qué poco se nos parecen nuestros inesperados hermanos! Se nos parecen como nos parecemos nosotros a los hombres del Paleolítico. [p.149]. 

Hay otra novela en segundo plano El porvenir ya no vive aquí cuya autora es Eve que al igual que Alec ha buscado el aislamiento del mundo en la isla de Antioquía y ambos gozarán de un amor lleno de una exquisita sensualidad. 

Mientras que Eve es acérrima defensora de los de Empedocles con los que siente una empatía recíproca dado que ellos reconocen en la obra de Eve una revelación y ella una confirmación de sus intuiciones, Alec va acumulando cierta desconfianza que expresa en reflexiones como esta ...nos hemos convertido mis congéneres y yo en en una humanidad obsoleta, abocada a la extinción cultural y ética o, al menos, a una marginalidad extrema. Quizá nuestros amos nos concedan algo a cambio, pero ¿qué demonios podría compensarle a un hombre la pérdida de su dignidad? [p. 164].

Si al inicio la intervención de los inesperados hermanos tenía el propósito de impedir la destrucción del planeta por las armas nucleares, químicas o bacteriológicas, más tarde se amplía hasta el punto de hacer curaciones milagrosas a bordo de sus barcos - hospitales fondeados en puertos de todos los continentes.

Con frecuencia en el transcurso de la Historia ha habido pueblos que han tenido el sentimiento de que su civilización se había vuelto obsoleta. Siempre que una civilización tradicional ha entrado en contacto con otra más potente y más avanzada, parte de la humanidad ha pasado por algo así como un fin del mundo. El ejemplo que tengo siempre en mente es la irrupción de los europeos en las Indias a partir de 1492. Pero hay más. Podría incluso decirse que durante estos últimos siglos la mayoría de las sociedades no occidentales (las de India, China, Japón, el Oriente musulmán o el África negra) vieron su medicina, e incluso todo lo que llamaban "saber", caer en el desdén y el olvido. [p.221.

La obra de Amin Maalouf está impregnada de un gran conocimiento y sensibilidad hacia las civilizaciones habidas y latentes en nuestro mundo que nos comunica de forma que con la lectura de cada libro suyo nos abrimos a nuevas ideas, nuevos enfoques, nuevas miradas. Cuando habla de la "irrupción de los europeos en las Indias" pienso en nuestro Inca Garcilaso y el prodigio de su vida en dos mundos.

Desde mi punto de vista Amin Maalouf es a su tiempo, lo que Stephan Zweig fue al suyo en el sentido de ser observadores vitales, sensibles y atentos a las realidades de su mundo. Amin Maalouf nace en 1949, a muy poca distancia temporal de la muerte de Stephan Zweig y de orígenes distintos, austriaco el uno y libanés el otro, pero nada impide a una lectora hacer esta especie de asociaciones  convergentes y hermandades entre sus amados autores.