Los misterios del rectángulo
Siri Husvedt
La librería Finestres de Barcelona tiene dos casas, una frente a la otra, en la misma calle; en la mayor de las dos hay una cafetería situada en un patio al fondo con un jardín vertical refrescante, mesas y sillas al aire libre donde puedes leer cómodamente y tomarte un café. La casa de enfrente está dedicada a los libros de arte, fotografía, pintura, artes gráficas etc y en esa última compré este libro. Ambas cuentan con butacas bajas de lectura junto a mesas iluminadas con lámparas donde se exponen libros. Recuerdo la dedicada a Annie Ernaux que ha sido una reciente lectura y un grato descubrimiento para mí, por eso tuve la sensación de tener un encuentro con ella en esta librería al estar su obra a la vista. Muy cerca también Virginia Woolf con su cara bellísima en las portadas, y no la imagen que dieron de ella en la peli Las horas donde parece que se propusieron afearla tanto a ella como a Nicole Kidman, no era ese el rostro de Virginia.
Volviendo al libro, comencé su lectura en el viaje de vuelta de Barcelona a Córdoba el día de San Juan.
De Siri Husvedt he leído El verano sin hombres y Todo cuanto amé que pienso releer porque después de Los misterios del rectángulo pienso que lo podré entender mejor.
He aprendido mucho con este libro y ha ampliado mi visión en el planteamiento y la relación que tengo con la pintura. Siri Husvedt nos transmite su forma de mirar un cuadro no solo con la vista, también con los sentimientos, las percepciones propias y una intensa atención que pone en juego dedicando ratos largos a a la contemplación y también al análisis de su propio sentir hacia lo que esa contemplación desencadena en su interior sin olvidar la preparación estudiosa de especialistas en la materia que buscan explicación ante las respuestas que damos y cómo nos relacionamos con las obras de arte. Así es como nos muestra La tempestad de Giorgione en el primer capítulo y Mujer con collar de perlas de Vermeer en el segundo, capítulos que ella titula Los placeres del desconcierto y La Anunciación de Vermeer.
Leyendo El País de hoy domingo veo una reseña de un libro que compila varias conferencias de Carmen Martín Gaite sobre arte y la fascinación que le produjo la obra de Edward Hopper que vio en su estancia como profesora visitante en EEUU. Quizás se puedan relacionar o complementar estas dos escritoras, tendré que leer su libro póstumo.
El hombre del lápiz rojo es un capítulo centrado en la vida y obra de Jean Baptiste - Simeón Chardín. En este caso Siri Husvedt dibuja una historia a partir de la visita a una exposición y algunos apuntes biográficos del pintor.
Dedica a Goya dos capítulos: Relatos del cuerpo. Los caprichos de Goya y Más sobre Goya. “No hay reglas en la pintura”.
Sobre los caprichos proyecta una mirada minuciosa con el ánimo de desentrañar y buscar explicaciones, simbologías posibles y patrones reconociendo que esta obra está falta de un estudio en profundidad.
Del cuadro Los fusilamientos de la Moncloa nos regala un descubrimiento que realizó tras mirarlo atentamente más de una hora en El Prado. Cuenta que ella estaba intrigada con las figuras de la izquierda del cuadro que en las reproducciones que disponía no podía distinguirlas, así que cuando pudo mirarlo de frente al natural se sorprendió en primer lugar de su tamaño y mucho más al distinguir entre esas obscuridades ¡la cabeza de Goya!. Tuvo que asegurarse contrastando esa visión con otras personas que también la vieron como ella y después hizo público su descubrimiento en revistas y publicaciones especializadas pues sorprendentemente no se había dicho nada hasta el momento de la presencia de Goya en El 3 de mayo.
Estoy deseando ir al Prado para verla yo también.
